Unter den Linden bin ich immer gerne gegangen. Am liebsten, du weißt es, allein.
Allí
que van, ciegos y apesadumbrados, de transbordo en transbordo, sin oírse, sin
tocarse. He visto la soledad en sus pupilas, la indiferencia con la que mueven
un pie tras otro. No son más que barcas a la deriva, un rumor lejano que se
pierden entre el ruido del tráfico y que termina por apagarse cuando bostezan
las avenidas, cuando todo cesa menos el derrame del vino.
1 comentario:
Todo lo que haces y fotografías se ve fuente de tanta alegría y todo lo que escribes es tan nostálgico y doloroso. Es un bello y extraño contraste que me pone a pensar.
Saludos, Nahuel.
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