miércoles, 20 de junio de 2012

Hyazinthe



A veces las lágrimas acudían al auxilio de un papel que yo no quería interpretar. Y comenzaba con pequeños espasmos regulares, un preludio de llanto algo torpe y humano, que enredaba la realidad como una madeja roja de lana. La noche era fresca y azul y la ventana estaba vacía como una tabla de granito. Me pareció inútil que mis lágrimas supiesen a sal, porque deberían haber sido dulces como el praliné, ya que a nadie le amarga un dulce. Y pensé en toda aquella gente que ya había escuchado antes esa canción y que ya había leído esas mismas líneas. Pensé que habría estado bien hablar con todos ellos, porque había gente fantástica ahí fuera, solo que se escondían tras obras de arte donde había cabida para todos ellos. Porque estaban ahí, respirando, y tenían nombres y vidas que les pertenecían, pero pocas veces me paraba a pensar en ellos. 

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Para todos aquellos atraídos por el mundo de la traducción y de los idiomas, acabo de abrir un blog relacionado con ambos temas: 



¡Os deseo un feliz comienzo del verano!

jueves, 7 de junio de 2012

Eterno regreso



No recuerdo si te he olvidado o si me he olvidado de recordarte. Me reciben las horas de verano, con sudor rancio y domingos que no son domingos. La realidad pesa sobre mis pestañas, que como alas de colibrí entrechocan; aletean bajo la terca humedad, repetidas veces, por si eres tú la figura que deambula a lo lejos. Eres un lipograma sin vocales, que me traba la lengua y me obliga a fingir que no es en ti en quien pienso, sino en la prima de riesgo o en asuntos que pasan de boca en boca y han acabado por perder sabor. Y hay un eterno regreso a los campos en flor sin polen, a las aguas del lago sin guijarros en el fondo, a las noches sin farolillos en el callejón sin nombre. Porque ahora que ya no hay una continuidad, ahora que todo está fragmentado en el hoy y en el mañana, nada va a sacarnos de este desencanto.  

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He estado ocupada gracias a los exámenes, pero ahora que solo me quedan dos (los más flojos, de hecho) tengo en mente algunos proyectos para este verano. Con un poco de suerte los llevaré a cabo y podré ir desvelándolos a lo largo del mes. 
Aquí el calor ya comienza a pegarse a la ropa, algo que detesto. Los mosquitos ya empiezan a hacer bacanales por la noche y tengo la piel llena de picaduras.