domingo, 30 de agosto de 2009

Mono de otoño

Se tumbaba sobre el edredón deshecho tras horas de comunicación consigo misma. Humedecía un poco las sábanas y encendía el ventilador para secar el agua lo más rápido posible, pero la salinidad siempre seguía dejando rastros sobre los labios. Todo el mundo sabe que la madera se va pudriendo por el efecto de la humedad, y eso era lo que le estaba pasando. Se pasaba tantas tardes en remojo, que terminaba con las extremidades totalmente descompuestas, con una sequedad inaguantable en las cuencas de los ojos y las pestañas como hojas de fresnos recién azotadas por un aguacero colosal.
Aun así, seguía adorando los climas fríos y el otoño. Sobre todo el otoño.

lunes, 24 de agosto de 2009

Notas en sepia

Nadia comprendió que había llegado la hora de dejar de tocar. No porque los dedos estuvieran entumecidos de tanto transitar las teclas, o porque eran ya las tres de la madrugada y el vecino del quinto no tardaría en utilizar la escoba como utensilio destroza-techos; sino, simplemente, porque se dio cuenta de que el hombre que aparecía en el retrato color sepia de encima de la repisa había entrecerrado ligeramente los ojos.
-Parece que ya te he empalagado lo suficiente con todas las sonatas y adagios que conozco –suspiró, mientras sonreía somnolienta-. ¿Sabes? Me alegro de que te dejaras fotografiar el día de tu cumpleaños. No me gustaría tener que basarme en mi capacidad humana, débil e inservible para salvaguardar cada rasgo que divisé en tu rostro, manteniendo el encanto superfluo que emanaba tu figura.
Colocó bien el portarretratos, por lo que éste ocupó un lugar más cercano a la joven.
-¡No me mires así! No es malo recordarte, eres el único que me tiene por artista y el que está incluido en mi mundo, junto al piano y al café de los sábados.
Silencio.
-Tranquilo, todavía estoy en la fase de provocar la misericordia en el resto de personas, aún no me tachan de lunática –no pudo menos que sonreír, a pesar de que diera más razón de peso al adjetivo mencionado-. Pero ellos no lo saben, cariño. Los chillidos me están ahogando poco a poco el subconsciente, aunque tú ya me lanzaste al agua hace tiempo.
Se pasó la manga del camisón por la nariz.
-Y ellos tampoco lo entienden. Lo peor de todo no fue que te marcharas, sino que me dejaras atrás.

martes, 18 de agosto de 2009

No temas














¿Por qué siempre es más sencillo no decir una sola palabra? Porque cuando el silencio llega, las frases corretean como pequeñas hormigas de campo, que buscan comerse las migajas de tu respeto hacia la omnisciencia. Y aquello ya llega a ser algo, una continua ausencia constante de los verbos anudados a pronombres en segunda persona del singular –la propia cantidad ya indica la calidad de la cual estamos hablando-. Por no decírtelos, me los trago corriendo, por miedo a que vuelvan a salir con más fuerza, arañando la garganta en iracundos intentos por salir al aire libre.
Pero todo el mundo sabe que la Nada es más temible que el Algo. ¡Demonios! Yo sé cómo acabar de un puntapié en la espinilla con ese tal Algo, pero… ¿qué hay de esa tal Nada? ¿Acaso posee trasero alguno, corazón que pueda dejar de latir, dedos meñiques para golpear contra los muebles? ¡No! No, y mil veces no. Nos enfrentamos a algo de lo que no estamos seguros, ni siquiera se trata del mismísimo aire, pues éste ya está compuesto por unos gases. Así que el terror nos anuda por dentro, haciendo un jersey con los intestinos, y nos remontamos al hecho de no hacer nada por si, por alguna remota casualidad, pasara algo.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Lecciones diarias

¡Volví! Y gracias por los comentarios de la última entrada. La verdad es que Suiza es preciosa, y a una la ayuda a despejarse un poco las ideas :]
Daniela también estuvo por Annecy unos días (salió del cuarto de baño que la oxidaba), y no me quedó más remedio que guardar por escrito la segunda de sus experiencias que tuvieron lugar en un recodo de mi imaginación.

Y he aquí el resultado.

Daniela estaba convencida de que la longitud de los días estaba proporcionalmente relacionada con el número de cosas aprendidas. Véase, por ejemplo, aquella tarde de mediados de agosto -a orillas del lago de Annecy-.
A las ocho, cuando ya había amanecido por completo y la humedad se palpaba hasta en los calcetines color chocolate, metió con precaución la punta del dedo en el lago. Y allá estaba, una hora más de mañana. Porque asimiló que su agua estaba fría cuando los rayos de Sol todavía no incidían con fuerza, y que aquel era uno de los lagos más limpios de Europa –casi tan limpio como las mejillas oxigenadas de Adeline-.
El día apenas se alargó cuando comprendió que, al ser ya las siete de la tarde, tratándose de un quince de mediados de agosto, nadie más acudiría a comprobar si el agua seguía fría o si se había calentado apenas dos grados más. Y eso la deprimió algo, por lo que decidió volver al día siguiente, el cual se prolongaría todavía más que el anterior.

domingo, 2 de agosto de 2009

Un premio y un hasta luego




















1. Pones el premio.

2. Enlazas al blogger que te lo entrega.

3. Eliges 10 blogs que premiar.

4. Informas a cada uno de los elegidos a través de un comentario en su blog.
La señorita de las burbujas de nieve , ha tenido la amabilidad de otorgarme este premio al blog de oro. Sus textos no sólo huelen a frambuesa, sino que además tienen derroches de magia.
Y, bueno, aquí va mi lista -después de varios quebraderos de cabeza-:
También he de decir que el martes me marcho a Suiza y a Chamonix, por lo que tardaré una semana aproximadamente en contestar vuestros comentarios.
Espero que sigáis escribiendo en mi ausencia, para que cuando vuelva pueda deleitarme con vuestras palabras :]