domingo, 4 de julio de 2010

Hacer el amor a orillas del Volga







El otoño comenzaba a cernirse sobre Samara, y en el ambiente se respiraba un aroma aperlado que contrastaba conjuntamente con el graznido de los cuervos. El cielo se tornaba más grisáceo con el paso de los días, semejaba un manto monocromático que iba cubriendo toda Rusia en tan sólo un abrir y cerrar de ojos.

Y allí estábamos los dos; juntos, observando la superficie del Volga por manía inculcada desde niños. Hace años solíamos bañarnos desnudos, dejando constancia de nuestra inocencia ante los ojos alarmados de algún que otro viandante.

Pero aquella vez todo era distinto. El vodka recorría cada ramificación venosa de nuestro organismo, y la luna llena brillaba con una intensidad plateada incomparable. No había nadie por los alrededores, así que habíamos aprovechado para hacer el amor a orillas del río, aun teniendo la piel erizada a causa del frío y aunque nuestros labios hubieran adquirido un tono morado. No nos habíamos molestado en volvernos a vestir, por lo que permanecimos en silencio durante una media hora. Lyudmila tenía la barbilla sobre las rodillas dobladas, magulladas por alguna que otra piedrecita. Empezó a separar mechones de su pelo trigueño y a enlazarlos en una larga trenza.

-¿No tienes frío? Estás tiritando –le dije mientras pasaba mi brazo por su espalda.

-No, así estoy bien, de veras –rehusó de mi abrazo-. Anton, eres demasiado mecánico al hacer el amor. Acompasas bien el ritmo, lo tienes todo milimetrado, jamás te falta el aire, ni jadeas, ni susurras mi nombre. ¿Cuándo aprendiste? Y lo más importante: ¿cómo lo aprendiste? Quizás alguien te dijo que era como montar en bicicleta.

Sonreí azorado.

-Tú me enseñaste a montar en bicicleta –respondí.

-Sí, y tú conseguiste no caerte ni una sola vez. Siempre pretendes ser perfecto en todo lo que te propones, y esto no va así.

-Bueno, pero soy técnicamente una máquina en la cama.

-Sí, técnicamente.

Nos miramos a la vez durante unos segundos. Acto seguido, explotamos a reír sin control. No sé si por efectos del alcohol o por la estúpida ocurrencia, pero el caso es que fue la mejor noche de nuestras vidas.


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17 comentarios:

While dijo...

:)
me encantó

galmar dijo...

Qué romántico en un río!! :))) felizzzz semana:)) biquiñossssss

poetadebotella dijo...

mmm...interesante eso de un rio y con vozca!:)
bonito texto, muá

Bittersweet Bali | Cora Caldentey Muriel dijo...

Jajajaj Que Bueno!¡ Me ha encantado! :D

Un Besito! :)

Anónimo dijo...

Me encantan los nombres. Aunque yo no tendría tanto valor de hacer el amor así, rodeada de frío.

(El mejor día de mi vida también fue haciendo el amor)

Un muá(h) y un sugu de cereza!

NooN dijo...

El trigo ruso del otoño,el agua caudalosa del Volga ...Mmm... magnífico escenario,genuina receta de amor para una de las mejores noches de vuestras vidas.Tienes un gusto exquisito y la explosión de felicidad al final del relato es sublime, me ha fascinado.

Besitos, linda.

Dara dijo...

me gusta el frío cuando haces el amor. notarlo en las palmas de las manos y en el sudor de la espalda, y llevártelo luego en el bolsillo del abrigo cuando vuelves a casa.


(un mimo
de parte de
Elefantito,
bonita)

Cía dijo...

Que romántico! Me ha gustado mucho;)

¡Un besín grandote!

Zazish dijo...

¿Técnicamente no será mucha modestia?

Alexandra dijo...

Me encanta :)
Me gusta porque solo describes un momento y una conversación que parecen de lo más natural ^^

saqysay dijo...

Lo que hace el vodka, pero las condiciones están dadas, en un clima así, sólo hay que disfrutar.

Buena propuesta!, aunque yo no tengo río(bueno si lo tengo) también hay un lago. Pero es invierno, esperaré que sea veranos--> Broma!

Besitos, que andes bien!!

La paciente nº 24 dijo...

Sexo tecnológico? amm, eso es como ver el fondo del Volga o pensar que el Danubio azul es azul: imposible, imposible...

Nati Jota dijo...

Tenés palabras lindas y un blog muy muy... combinado, no sé cómo explicarlo.
Super congrats.

Diario de un PEaton dijo...

me ha encantado las manera de como describes las cosas, aparte de tu narrativa excepsional transformas los lados del amor en cosas fabulosas.

Hacer el amor es tan solo hecharnos a reir....

Anónimo dijo...

Ay me ha encantado este texto, con ese toque misterioso del principio, y esa escena de sexo a orillas del Volga con el vodka, y la joven con la trenza, y Anton, y ese diálogo tan natural y espontáneo entre una pareja. ¿Todo esto que escribes forma parte de alguna novela que estás haciendo?, ¿o son sólo relatos independientes? De verdad que escribes genial, nunca me canso de leer tus textos y además cada uno es diferente del anterior, y siempre son una pasada.

un bso Dafne!

Mondragón de Malatesta dijo...

Con vodka, puedes hacer el amor a arillas de lo que sea. Un saludo.

Anónimo dijo...

"Vodka, you're feeling stronger
Vodka, no more feeling bad
Vodka, your eyes are shining
Vodka, you are the real MAN
Vodka, wipes away your tears
Vodka, removes your fears
Vodka, everyone is gorgeous
Vodka, yeah vodka"

Me parece un escrito extraordinario, como siempre.

Un Abrazo :D