Un amparo bajo el montículo de tu espalda espumosa impregnada en gel de
Deliplus, con las burbujitas chispeantes y adúlteras del silencio de mis gemidos.
Dos o
tres sonrisas de plata manchadas en células de mi epidermis, que segundos antes has desgarrado con la saña y el temple de un hidalgo de la
Mancha.
Las constelaciones pecosas de tu cintura, con aquella trampilla mía que baja como caminito de baldosas amarillas hasta debajo de tu ombligo.
Y aun así y todo, me dejas con sed de
sacarte las entrañas a embestidas, de jugarme la vida a que todavía queda más noche de la que la luna es capaz de entregarnos a escondidas.
4 comentarios:
Precioso texto aderezado con el magnífico gel del mercadona (oh publicidad subliminal, prometo que no trabajo para ellos).
Me encantó el texto, bueno, en general me encanta todo lo que escribes, tus descripciones...todo.
Besos.
Muy grato leerlo, muy grato tener un segundo mas.^^
Cuídate, señorita de las descripciones, señorita.^Ç
Anouk dice que las constelaciones pecosas brillan más que las normales, sobre todo los jueves a las cuatro y veintiséis de la mañana. ¿Tú las has visto en ese momento?
un miau de cereza, bonita.
A mí también me encantan tus descripciones y tu manera de enreversar cualquier situación, cualquier sentimiento y hasta lo más sencillo, pues lo vuelves mágico.
Gracias.
V
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