lunes, 24 de noviembre de 2008

Yo no soy desastrosa, mi vida lo es por mí


Tanto ella, como su tersura marmórea clasicista, la convirtieron en algo más que un simple retal de armonía retractada del resto de la sociedad. Pero todo se volvió difuso y la niebla de Monet en óleo sobre tela cobró viveza y sobriedad en su diminuta existencia. El queroseno se adhirió a sus pupilas y la sangre se detuvo un instante por puro capricho. Las salidas se vieron obstruidas, la corriente de azufre tiñó su piel y le devolvió pequeños toques de luz química.
No, el mundo no se paró, no redujo la velocidad de su trayectoria. Los coches siguieron arrojando agua estancada, las palomitas del microondas siguieron saltando como chispitas de refulgentes y llameantes borrones de luces reprimidos por la mampara de cristal, el fuego de la chimenea chisporroteaba sin cesar, y los copos flagelados por escarchas de metal, siguieron arroyándose por el frío e impávido ventanal.
Repitiéndose cada paso con una monotonía ya asida a sus zapatos, siempre escuchando todo y nunca hablando.
Y las conversaciones en los cafés, donde las artimañas cobran vida en palabras aguadas mezcladas con la sacarina y el té. Quizás digan que siempre quedan ocultas aquellas joyas preciadas del diálogo, pero a ella, siempre, siempre, le pasan inadvertidas. Desaparecen, se extinguen, se pierden con el aire y el humo. Qué queda entonces, nada más que la locura.
Una locura casi inexistente para el resto de los mortales, que convierte su vida en una obra romántica que se mantiene en el siglo XXI. Ya no siente la lluvia que azota su pelo y mejillas, ya no percibe el aroma de hierba recién mojada. Ha sido privada de sus sentidos, las paranoias no le dejan ver más allá, y sólo alcanza a ver el desastre de su vida, que forma cúmulos enmarañados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me siento un intruso al leer esto, siendo de hace tantos años, es extraño, me hizo pensar seriamente que era lo que yo hacía en ese entonces.
La sintaxis de tus palabras es hermosa, me pregunto por que no ha cambiado y observo una realidad que me permita dilucidar esto...por mi parte, mas que evolucionar se modifica, pero tu no... pétrea a los significados.
un placer.
Leonardo