Al recibirte me topo con un aliento a
vid podrida, ojos de ciénaga y labios agrietados por el frío invierno de mi
ausencia. Y comimos pasteles de bizcocho y champán en Cron und Lanz, como
preludio de una despedida que siempre está en el borde del paladar. Abusamos de
los clásicos bajo la sombra del olmo, porque era así como queríamos escaparnos
de la realidad de las fábricas que humean en la gran ciudad.
Es war, als hätt der Himmel
Die Erde still geküßt,
Daß sie im Blütenschimmer
Von ihm nun träumen müßt.
5 comentarios:
me parece el prologo perfecto para gran una historia...
un beso, preciosa.
hace rato esperaba leerte, aunque fue corto valió la pena.
Un placer, Nahuel.
¡Qué bonito! Me encantan las fotos y el texto.
¡Un besazo! :)
Posdata: Esa tarta...¡qué pinta! xD
sos alemana ? donde aprendiste aleman , yo antes estudiaba ese idio ma y lo tuve que dejar ! :/
Ay, ¡la sombra del olmo!
http://atlantis2050.blogspot.com
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