No alcanzo la ciruela del árbol, la que
más alta se encuentra y su pulpa más podrida se halla. Las lluvias de abril la
tocan primero, la bendicen bajo la atenta mirada que mana del torcido y viejo ciruelo.
No se moja la tierra, empero, sino que apenas enmudece cuando la fría resina
sale a su encuentro. Y las nubes, como monstruos de papel y hielo, se deshacen
entre los entresijos de mis dedos. Ya no hay orquídeas que deshojar en la
explanada del descuidado jardín, ni hormigas locas que hasta en sueños vi. No
se esfuerzan los pájaros por agradar a su fiel audiencia, ni que decir tiene
que el arte se halla en decadencia. La pruna que ella mastica se convierte en
piel rota entre los dientes y zumo de fruta marchita. Y él, algo ajeno y
contrariado, observa cómo el reguero mancha la comisura de su labio. El ridículo encuentro entre los dos se ha
vuelto insípido y circular, nada en esta húmeda estación parece cambiar.
So on a summer's day,
Waves collect, overbalance,
And fall;
Collect and fall;
And the whole world seems to be saying
"That is all"
Recomendaciones de la semana:
- Libro: Is that a fish in your ear?, de David Bellos.
- Película: Mi vida sin mí, de Isabel Coixet.
- Música: October trees, de Ron Pope.