jueves, 22 de enero de 2009

Eh, chaval, bienvenido al club



Demasiada paciencia tendría que abarcar para alcanzar a sentir todo lo que siento. Tantas sonrisas que quizás fueron almas sin futuro, indagando entre pequeños sueños de violetas en polvo y suspiros en seco. Son incontables y abundantes en su mayoría, pero dime tú, ¿para qué yo los querría? Teniéndote a ti, como el rayo de Sol que por la mañana se infiltra en esta rendija empedernida por dar luz y amparar un despertar incierto, como el reflejo de la luna -vanidoso en la superficie, deleitando tus pupilas- que noche fría de invierno obsoleto y desterrado, dio su empeño en ser algo más que una ilusión de velo plateado.
Y es que no te das cuenta, pero quizás tu tiempo ha expirado, ha llegado a un fin nada deseable, y con él, al futuro lo ha ahogado. Eres víctima de luces y sombras que se envuelven con tenacidad, eres producto de desasosiegos y penas en cantidad.
¿Que cuánto hay que pagar por sueños? No son rentables ni vale la pena reparar en su precio, pues cotizaban en bolsa y cada año bajaban un quince por ciento.
Así que deja de aguarme la fiesta, y ven a la reunión de los desamparados, donde el alcohol no existe, ni tampoco guirnaldas ni espumillón. Donde las perspectivas emulsionan con paciencia y con amor, esa paciencia que tanto faltaba, y que hoy; ha tomado parte de esta maldita rebelión.

3 comentarios:

Dara dijo...

El alcohol lo llevan dentro de la sangre.


Un miau

Anónimo dijo...

A veces es mejor soñar que enfrentarte a la realidad como tal...es menos doloroso...

Un saludo.

Jaime Riba dijo...

holaaa! diuss! madre mia que semana he tenido... T.T por eso no me he podido pasar por tu blog eh?? xD pero ya estoy aquí firmandoteee! :D me encanta el post de hoy! ^^besos! hablamos!